POSIBILISMO Y CORRELACIÓN DE FUERZAS

Por Luis Fux

Queremos abordar en este número de nuestra revista el debate presente en la militancia peronista, la orientación y gestión del gobierno de Alberto y Cristina.

¿Es retardatario? ¿Es lento? ¿O hace lo posible?

¿No se lo debería criticar porque se le hace el juego a la derecha?

Estos temas son las preocupaciones de todos los militantes del país, de gran parte de aquellos que los votaron, y han generado debates internos que pocas veces salen a la luz.

Creo que deberíamos primero detenernos en algunos conceptos.

Se supone que el posibilismo es hacer «solo lo que se cree posible»; o sea, no está verificado hasta intentarlo. O no hacerlo porque creemos que el límite que tenemos para realizarlo es muy fuerte. La relación de fuerzas es la ecuación a favor o en contra que existe entre nuestra fuerza y la del contrario, la del que se nos opone.

Entonces cabría preguntarse, ¿se puede hacer otra cosa? ¿Es correcta la evaluación que hacemos de nuestra fuerza? ¿Sabemos tanto de la fuerza del otro?

Vayan algunos ejemplos: si no hubieran querido lo imposible, y hubieran evaluado una relación de fuerzas desfavorable, qué hubiera sido de Perón en el ‘45, de Néstor en el 2003, de Cristina en el 2019. ¿Hubiera subido al Granma, Fidel con sus compañeros? ¿Lenin y Trotsky estarían debatiendo aún en París?

Estos cambios históricos sucedieron porque hay varios elementos que se tuvieron en cuenta para intentarlos. Entre ellos, creo que los principales son PENSAMIENTO ESTRATEGICO, VOLUNTAD POLITICA y CIRSCUNSTANCIAS OBJETIVAS Y SUBJETIVAS.

Sin pensamiento estratégico, no vamos a ninguna parte: es a dónde queremos llegar, nuestro fin último. Y las tácticas utilizadas para llevarlo a cabo están guiadas por la voluntad política. De esto se derivan temas muy importantes como la ideología y el método de construcción política y la necesidad de institucionalizar las organizaciones que lo realizan.

Las circunstancias objetivas son aquellos momentos históricos en que las determinantes políticas, económicas y sociales necesitan respuestas. Y las subjetivas son los deseos, las ilusiones, decepciones y traiciones que están enraizadas en lo más profundo del Pueblo-Nación.

Ahora, todo este cuerpo de ideas ya existe. Y es la corporización de la Revolución Peronista inconclusa. La misma fija como objetivo la felicidad del pueblo, expresada en la Comunidad Organizada y no dentro de los sistemas económicos existentes. Una Tercera Posición, y no dentro del capitalismo actual. Que no sirva al capital financiero ni tampoco a un Estado autocrático. Sino una sociedad conducida por los que producen, los trabajadores y los sectores populares, a través de sus propias organizaciones políticas, gremiales, sociales.

Quizás, como vemos, sea falsa la dicotomía retardatario-revolucionario, porque la contradicción principal es la ya famosa Liberación o Dependencia. Debemos buscar la liberación nacional y social de nuestro pueblo bajo las tres banderas peronistas, con sus trabajadores, sus pequeños o medianos empresarios, sus profesionales, científicos, intelectuales, artistas, todos mancomunados en la vertebración de un PROYECTO ESTRATÉGICO DE NACIÓN.

Lo que deben saber nuestros dirigentes es que siempre el pueblo argentino y la militancia están para apoyarlos en la medida que cumplan con las necesidades y los anhelos, que consigan su satisfacción.

Solo con la lucha y con la organización popular se conseguirán resultados de cambio, tanto en la gestión de gobierno como en la Militancia.