Con fe, imaginación, reflexión y trabajo

Por Hugo Munafó

Escribo por pedido de un grupo de compañeros que están trabajando duro desde una militancia desde abajo para renovar la política y ponerla al servicio del bien común. También porque esta semana, compartiendo con compañeros cesantes que no encuentran ninguna changa y otros que viven la humillación de que sus hijos coman en un merendero, experimenté lo gravísima que es la situación de pobreza de muchísimas familias.

Estas líneas buscan ser un disparador para reflexionar entre compañeros, un espacio donde hagamos la crítica de alguna de nuestras prácticas y veamos cómo podemos colaborar para devolverle a la política el rol que tiene. Sobre todo, en momentos en que está siendo socavada su credibilidad de modo continuo por los medios hegemónicos.

Enrique Dussel, filósofo mendocino que ha aportado mucho a la lucha de los pueblos por su liberación, decía que el método de los profetas para diagnosticar era ponerse en el lugar del pobre y desde ahí ver y juzgar las enfermedades del Estado, del sistema.

Hoy vemos que la situación de los pobres es mucho más grave que la de los “descamisados” de Evita. Si en los años 70 se escribía sobre la fuerza de los pobres, lo más evidente hoy es la debilidad de los pobres. Junto a esta realidad están siendo manipulados por la sociedad de consumo y ultra-individualista.

Las fábricas de las industrias eran verdaderas escuelas de concientización, de identidad de clase, de aprendizaje del compañerismo y la solidaridad. Hoy el mercado, con sus valores, se ha introducido en los lugares de trabajo: ya no hay compañerismo, hay sospecha mutua, competencia: “debo cuidarme de que sea el otro y no yo el que quede cesante”. Los valores centrales de la sociedad son eficiencia, competitividad, racionalización; en suma, los valores de la ética del mercado. Cualquier tipo de agremiación y/o sindicalización aparece como el enemigo, como lo irracional, porque distorsiona la dinámica del mercado. Todo está organizado para que tengamos que luchar todos contra todos. Por eso, un Movimiento Obrero Organizado es una herejía para el fundamentalismo de mercado. Y no puede sobrevivir.

Por otro lado, todo el fogoneo que se le hace a la meritocracia desde lo mediático nos dice que el rico es rico porque es disciplinado, trabajador, y el pobre es pobre por haragán, indisciplinado e inútil. Todo este bombardeo es fatal para la autoestima del pobre y su familia. Paradójicamente, los jóvenes entre 16 y 25 años son la generación con mayor nivel de educación en la historia y, al mismo tiempo, la generación con mayor nivel de desocupación. O sea, la meritocracia es toda una mentira para distraer de las verdaderas causas de la pobreza. 

El desafío es grande. Las estructuras de poder se volvieron mucho más fuertes y los pobres se volvieron los excluidos. Como dice la canción, “es un monstruo grande y pisa fuerte”. Es el mismo al que le vieron la cara nuestros jóvenes en las Malvinas. Es la bestia del apocalipsis que va tomando distintos rostros. Hoy se traduce en darle el valor de Absoluto y de divinización al Mercado del Neoliberalismo. El dios mercado decide quién vive y quién muere para que cierren los números. Es el fetichismo actual.

Ante semejante realidad, ¿hay salida? 

Sí. Con fe, imaginación, reflexión y trabajo:

  1. Fe en nosotros mismos. En nuestra capacidad de reflexión y acción. La reflexión compartida, el debate, nos permite redescubrir que la situación no es inamovible, que hay un espacio para la plasticidad… que nos permite salir de la trampa. Pero ojo, no nos quedemos en la reflexión del café, para salir hay que poner el cuerpo, hay que trabajar duro en la construcción de una sociedad justa. Perón decía que no le deseaba ni al peor enemigo todas las dificultades por las que había tenido que pasar en el primer gobierno para salir adelante.
  2. Fe en el descamisado, en el excluido, en el cesante. No basta con entregar una tarjeta, anotarlo en un plan, llevarlo a alguna marcha. Tenemos que devolverle la palabra, la posibilidad de actuar, de creer en sí mismo, de ser constructor de su destino. Francisco, en el III Encuentro con los Movimientos Sociales, tiene palabras muy fuertes: “No dejarse encorsetar. Porque algunos dicen la cooperativa, el comedor, la huerta agroecológica, el diseño de los planes asistenciales… hasta ahí está bien. Mientras se mantengan en el corsé de las “políticas sociales”, mientras no cuestionen la política económica o la política hacia los pobres, pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos en un proyecto que unifique a los pueblos, a veces me parece una especie de volquete maquillado para contener el descarte del sistema”. Para no ser ese volquete maquillado es necesario acompañar al trabajo con capacitación, con acompañamiento en la elaboración de sus proyectos, con metodología de educación popular: una actividad planificada, que se propone metas, utiliza metodología, es participativa y aporta nuevos conocimientos. Fortaleciendo su autonomía como organización o movimiento. Esto es trabajar muy responsablemente para que el descamisado sea artífice de las políticas públicas. Esto para la cultura dominante, para los medios hegemónicos, es locura, populismo, irracionalidad. Es una opción que rompe todos los moldes de lo establecido. Obliga a un cambio total a los dirigentes. Macri hizo lo suyo y fue coherente con su ideología. Nosotros, como peronistas, tenemos que ser coherentes con lo nuestro, creer en la capacidad de reflexión y de trabajo de los que hicieron el 17 de Octubre.
  3. Fe en que el Estado se puede transformar para estar al servicio del bien común. Esto es que no sólo puede crear “enlatados”, sino que puede tener la flexibilidad de entrar en diálogo con organizaciones de la sociedad, con pequeñas comunidades, con movimientos populares. Por su tamaño y burocracia puede asemejarse a un enorme elefante en un bazar, pero cuando hay funcionarios que son compañeros militantes se las ingenian para trabajar no sólo para los pobres, sino con los pobres y con proyectos de éstos. Comento dos experiencias que conozco de primera mano:
    1. del Banco Popular de la Buena Fe: con un Equipo Técnico muy calificado, pero sobre todo muy comprometido, con verdaderos intelectuales orgánicos. Militaban la asesoría, la capacitación, la creación de la organización. Después venía Jorgito Velez y acompañaba en la rendición contable hasta el detalle a la última asociación porque sabían que las organizaciones de base descuidan el llenado de papeles por priorizar el estar al lado de la necesidad de la gente. Un trabajo que, como formaba y fortalecía las organizaciones locales, servía de apoyo para otros programas, ya fueran del Estado o no. Llegó a nuclear a 1500 organizaciones en 20 provincias que pusieron la herramienta del microcrédito al servicio de las comunidades en las barriadas y en los distritos rurales. Se trabajó en 800 localidades. Es tan fuerte la autonomía que se generó que, después de los 4 años de “tierra devastada” y de la pandemia, el 18 de marzo pasado 300 organizaciones se relanzaron como Red Nacional del Banco Popular de la Buena Fe (ver en Facebook). Totalmente autónoma, pero con una militancia clara por un Proyecto Nacional y Popular. Este trabajo de ida y vuelta generó transformaciones en el MDSN; es más, cuando Alicia fue legisladora sacó una ley para posibilitar que el Estado pudiese otorgar créditos.
    2. Con “INAES en la Calle”, el Equipo de Mario Cafiero ha ido conformando las Mayes (Mesas de Asociativismo y Economía Social), apuntando a aportar a la construcción de la Comunidad Organizada. Aquí también, más allá de los dolores de cabeza que le puedan ocasionar a algunos funcionarios, se vivencia un Estado presente y cercano, que acompaña a las organizaciones locales, las apoya en sus trámites y, dialogando con ellas, va produciendo conjuntamente los PPC (Pequeños Proyectos Comunitarios). Los he visto dialogar entre las asociaciones y los funcionarios para responder a movidas locales o, por ejemplo, para buscar soluciones con los pequeños productores de las manzanas de Río Negro, que se quedan sin cosechar por no tener precio, y de igual modo con otros productores regionales. A través de su accionar militante, se vivencia un Estado muy dúctil en su relación que dialoga buscando soluciones a problemas locales muy antiguos.
    3. Junto a estas prácticas también existen zánganos que buscan acumular poder sintiéndose dueños de la gente porque han sido mediadores de algún recurso del Estado. Son manipuladores, controladores, dominadores que obligan al otro a entregarle su obediencia o su autonegación como persona. Son de todos los colores políticos, pero también hay de los nuestros. Son una vergüenza para el Movimiento, deben ser expulsados.
  4. Fe, finalmente, en nuestro Movimiento Nacional Popular. Encabezado por las/os obreras/os, las/os descamisadas/os que lo fundaron el 17 de Octubre, a los que a lo largo de los años se fueron sumando estudiantes, jóvenes, intelectuales orgánicas/os, técnicas/os, profesionales que conforman la gran riqueza humana de Cuadros capaces de recrear un Proyecto Nacional y Popular que le dé la batalla cultural al neoliberalismo global y deshumanizante. El neoliberalismo ha desprestigiado la política a nivel global. Hoy el mundo es una aldea: ha identificado la “moral” de algunos políticos con la moral de la política. Ha generado una impotencia colectiva en el mundo entero. Es un opio que ha adormecido la capacidad de imaginar un mundo mejor que nos incluya a todas/os, donde la vida sea posible para todas/os, incluida la naturaleza, como les gusta decir a los hermanos zapatistas. Z. Bauman nos dice que el liberalismo de hoy se reduce al simple credo de “no hay alternativa”. ¿Será por eso que el poder globalizado ha provocado los golpes contra Lula y Evo, porque representaban una alternativa en América Latina?  ¡Esa es la madre del cordero! El peronismo también, como Movimiento Nacional Popular, es una alternativa real, y, por lo tanto, debe fracasar, ya que es un peligro para la dictadura del mercado del neoliberalismo. 

Cuidemos al Movimiento: su sola existencia molesta al poder concentrado y es un faro para muchos que buscan una alternativa en esta aldea global.

1- Hugo Munafó milita en Militancia en Acción, en Mendoza, y en la Corriente Juan Perón, a nivel nacional.