IDEOLOGÍA Y CONSTRUCCIÓN POLÍTICA

Por Luis Fux

La ideología, para algunos, es ese conjunto de ideas, sueños y creencias incorporadas que nos permite hacer nuestra práctica social. Para nosotros, los peronistas, hay una máxima que la define: “La única verdad es la realidad”. La diferencia entre ser y estar que planteaba Rodolfo Kusch —ser en la realidad o estar en ella— nos lleva a inferir que la práctica política conlleva una ideología.

Desde el ‘83, con el comienzo de esta democracia vigilada que vivimos, se instala en nuestro país una matriz de construcción política vinculada a una militancia rentada.

La juventud del radicalismo —concretamente, la Junta Coordinadora— empieza a ejercer una práctica en la que sus militantes copan sectores del Estado para conseguir una renta destinada a su actividad política. O sea, invierten el proceso: en vez de usar la política para cambiar la realidad, lo hacen para modificar “su realidad” y aumentar cíclicamente su poder interno.

Esto (con matices) lo perfecciona el menemismo, y luego culmina con las agrupaciones kirchneristas, que, al actuar endogámicamente, canibalizan el aparato estatal para utilizarlo en pos de un crecimiento del poder propio. En vez de realizar una política hacia el pueblo, como se hacía en los 70, la hacen hacia adentro.

Otro tanto ocurre con las organizaciones que están en los movimientos sociales, cuya dirigencia también usa una mecánica parecida.

El debate acerca de la forma en que se construye política hoy en la Argentina no está en la agenda. Sin embargo, debería ser uno de los temas fundamentales a tratar tanto por la dirigencia política como por la militancia.

Ejes como el desarrollo de la organización popular, una militancia incondicional no rentada y el desarrollo de un pensamiento crítico que conciba la necesidad de la lucha permanente como elemento confrontativo para cambiar la realidad, pueden ser algunos de los puntos a tener en cuenta para iniciar este debate.