La Organización Vence al Tiempo

Por redacción RDF

Los Compañeros de LaCooke queremos recordar una frase de Perón: “La Organización vence al tiempo”

El Movimiento Peronista por una multiplicidad de razones ha abandonado su organización, su institucionalidad y la alternancia propia de un sistema democrático.

Si bien los peronistas sabemos que hemos sido desde hace décadas las víctimas dilectas de los mecanismos de terror de los imperialismos apátridas, también entendemos que no es desde la pasividad y la individualidad que lograremos encontrar las respuestas al proceso de destrucción de la Identidad Nacional y Latinoamericana.

Nadie sobra y claramente es necesario volver a hacer de los espacios institucionales espacios de encuentro, de asambleas, de plenarios, de elecciones democráticas y de mandatos periódicos no reelegibles.

El sistema de elecciones PASO ha servido como una herramienta más de vaciamiento de los Partidos Políticos.

Ante ese cúmulo de circunstancias las calles pasaron a ser desde hace ya décadas, el escenario principal de convocatoria de los militantes que dejamos de llevar nuestras insignias partidarias y las reemplazamos por nombres de agrupaciones a través de las cuales intentamos algún tipo de resistencia o de aporte, según las circunstancias y los tiempos, pero no alcanza.

Que cada militante encuentre compañeros con quienes organizar propuestas y militancias está bien y es loable pero jamás suficiente

Los peronistas claro que debemos ser los primeros en mirar de manera indulgente nuestra lucha porque ha sido mucha, ha sido larga y en la gran mayoría de los casos ha sido anónima y carente de reconocimiento o dulzores.

No hay forma de que un Pueblo se sienta responsable de lo que hace un Gobierno si entiende que los cargos los ocupan un grupo de apellidos de manera circular y permanente.

No es posible que un pueblo trabajador se sienta parte del movimiento trabajador si no ha tenido ni tiene perspectivas de tener derechos laborales ni sindicales.

Es importante que los trabajadores se sindicalicen y recuperen el orgullo de su identidad.

Es importante dejar de estar a la espera de “mesías” políticos y retomar la construcción de la Comunidad Organizada. Recuperar la militancia madura donde cada militante se constituye en un cuadro político, un referente en los espacios que habita y dejar de buscar “salvadores” mediáticos para que la militancia misma se constituya en la referencia social.

No hay forma de que el Pueblo se constituya en guardián de su patrimonio histórico cultural, si ni siquiera puede aspirar a comprar una vivienda digna a lo largo de una vida llena de sacrificios, privaciones y tristezas colectivas.

Para que El Pueblo valore y cuide la cosa pública, los derechos laborales, su historia, su educación, el sistema de salud, debe tener por lo menos derecho a integrar institucionalmente los espacios que componen nuestro Movimiento.

Las calles cada vez más inundadas de personas desamparadas sin hogar ni alimento hieren profundamente el corazón de cualquier verdadero peronista.

Para dar un ejemplo, Eva quiso que los comedores de El Pueblo tuviesen cubiertos de plata porque era una manera de que los niños que habían nacido en hogares humildes crecieran proyectándose con derecho a lo digno y a lo bello. Que no se proyecten como sujetos pobres.

Ese ejemplo podemos llevarlo a la cuestión institucional. No hay manera de que las nuevas generaciones se sientan parte de El Movimiento Peronista si ni sus padres ni ellos tienen derecho a formar parte de las instituciones que representan a los militantes peronistas.

En este momento de zozobra y profunda angustia social, no hay lugar para ostentar cargos que no se ejercen en bien de El Pueblo ni para irse de gira a Europa ni para mirarse el ombligo diciendo lo bueno que se ha sido políticamente de manera individual.

Hemos fallado hasta caer derrotados ante discursos absurdos y progenocidio.

Es hora de levantarnos, de ser adultos, de no esperar y de construir en conjunto.

No valen las individualidades ni los egos.

Primero La Patria, después el Movimiento y luego los hombres.